Llegada al Cuenco del Diablo, por fin conseguimos llegar a esa supuesta zona donde está el fragmento de piedra bruja.
Al poco de adentrarnos en el lugar y llegar a un lago, veo cómo una luz azulada sale del interior del mismo lago. Es un espiritu de una mujer, que nos insta a ir donde está y seguirla (¿qué puede ir mal verdad?).

Decidimos seguirla hasta el otro lado del mismo lago, y conseguimos escuchar que se llama Brunhilde Gratten, una exploradora perteneciente al antiguo grupo de Dagmar von Wittgenstein, la expedición original que vino a buscar la piedra bruja hace 200 años donde según ella logró su objetivo de hacerse con el fragmento de piedra bruja.

Al adentrarnos en la cuenca siguiendo a Brunhilde justo al acercarnos a un acceso a una gruta, nos emboscan un grupo de… ¿hombres rata? ¿mutantes del caos? ¿señores bajitos?
Durante la contienda perdemos al druida y líder de la Comuna Corrobreth, en paz descanse, su sacrificio no caerá en el olvido. Fue un héroe quedándose más atrás para entretener al grupo más grande con su cuerpo (qué héroe mas valiente).
Después de un arduo combate donde mis grandes dotes como Hechicera consiguen salvar la vida de todos y devolver el cuerpo de Corrobreth a la tierra que tanto ama como cenizas, nos adentramos en la gruta, donde una ya un poco más cansina y pesada Brunhilda nos insta a entrar en una de las cámaras cerradas. Allí nos dice que el cuerpo de sus amigos se encuentra en su interior, pero que antes hagamos un ritual de descanso y demos sepultura sobre su cadáver para que descanse en paz. La verdad es que la historia de la chica hace que mi alma se estremezca y le dedico un canto de oratoria élfica para pedir que su alma descanse, y por fin la chica reposa en paz (y deja de dar la tabarra).

Acabamos por fin con sus compañeros y repito lo mismo sobre sus cuerpos (no sea que no dejen de molestar ahora que Brunhi ya no está). Dentro de la cámara encontramos la sexta llave, del observatorio de Dagmar, que no conseguí encontrar cinco semanas antes en la torre de señales.
Y aquí estamos de camino al observatorio a intentar descubrir qué pasó con el fragmento.
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