Tras un efímero periodo profesional como ladrón de cadáveres, sus inquietudes profesionales y espíritu emprendedor lo llevan a ser un proscrito. La Sagrada Orden de los Templarios de Sigmar ofrece 30 coronas de oro por su captura vivo.

Johann Johansson es originario de Grenztadt, en Averland, junto al legendario Paso del Fuego Negro.
Al tratarse de una ciudad de paso, con abundantes caravanas que van y vienen del Imperio, Grenztadt es una tierra de oportunidades en todos los sentidos. Así que desde siempre Johann se dedica al lucrativo negocio de atender a los viajeros que se establecen en la ciudad. Sobretodo los que se establecen permanentemente. Y más concretamente se dedica a atender a los viajeros que fallecen en Grenztadt, y que son enterrados allí.
Se trata de un negocio próspero, porque muchos de estos viajeros son enterrados con las joyas y otras posesiones que tuvieron en vida. Y naturalmente no las necesitan porque ya no van a usarlas, así que no las echarán en falta. Y también es un negocio próspero porque un personaje misterioso conocido en Averland como el Doktorr Kreuzberg paga bien por miembros de cadáveres frescos cuando aparece por Grenztadt en sus fugaces visitas.
De modo que ante Johann Johannsson se abría un futuro prometedor como mercader independiente, hasta que el Doktorr Kreuzberg fue capturado por los cazadores de brujas de los Templarios de Sigmar. Uno de los nombres que aparecieron en los interrogatorios es el de Johann, y este se vio forzado a abandonar su ciudad natal para respirar aires más saludables.
Así inicia una etapa errante malviviendo en ciudades y aldeas a orillas del Reik, hasta que en Kemperbad decide remontar el Stir para probar suerte. Y la suerte le sonríe en Unterbaum, la primera aldea importante después de Kemperbad.
En Unterbaum Johann Johannsson es contratado por la capitana de la Carpa Feliz: la hechicera elfa Imlorilian y su segunda Talunda.
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